El ramo de olivo

Discípulos misioneros con un ramo en la mano

Llevar en procesión los ramos, aclamar festivamente al Señor, salir a su encuentro, cantar el Hosanna al Mesías que viene como rey humilde y manso (cfr. Zac 9,9; Sal 117,19 ss) significa participar en el misterio de su pasión y gloria, como auténticos discípulos-misioneros.

Pastoralmente, la celebración de la entrada de Jesús debe valorar no tanto los ramos de olivo (que bendecidos se llevan a casa como signo de bendición y protección divina), cuanto sobretodo el misterio expresado a través de la procesión: proclamar la realeza mesiánica de Cristo. Se debe destacar su gran sentido teológico: Jesús se dirige a la ciudad santa y entra en ella triunfalmente, pero para consumar su pascua de muerte y resurrección. Y nosotros, sus discípulos, debemos ir detrás de Él aclamándolo, pero sin abandonarlo después…

Un ramo para los 365 días del año

El ramo de olivo no es para recibirlo sino para darlo, entregárselo a Jesús el Mesías, para proclamar su realeza divina.

Conservar el ramo bendecido durante la procesión junto a un crucifijo, en un lugar visible, nos recordará que hemos jurado fidelidad al Rey de la paz, al Señor mesiánico, al Dios sacrificado por nuestros pecados; que no le debemos fallar ni traicionar.

Ese ramo será quemado para ser convertido en ceniza, uno de los símbolos penitenciales de la cuaresma, con lo que de nuevo le queremos decir al Señor que deseamos seguir cristificándonos ante la nueva pascua.

Con su pascua, Jesús transforma su pasión en don; convierte sus sufrimientos y su muerte en ocasión de la entrega total de sí mismo. Es un sacrificio en el que entrega su Cuerpo y su Sangre para la salvación de todos los hombres, ordenando asimismo actualizar sacramentalmente este gesto, que fija por anticipado la orientación de toda su pasión. Eso es la eucaristía: la actualización sacramental de la mayor expresión de amor y la mayor acción salvífica, el memorial salvífico de un amor hasta el extremo.

Que tengan un hermoso inicio de Semana Santa y Jesús bendiga sus hogares!!!